Dime, ¿qué planeas hacer con tu preciosa, salvaje, única, vida?
Esta hermosa vida llena de idas y venidas, subidas y bajadas, sufrimiento y felicidad, es tan perfecta que a veces nos parece un simple accidente, pero a veces pienso si en realidad es que no estamos observando la obra completa, tal vez mientras sufrimos por el dolor generado por un roce de la vida, una equivocación, un engaño, tal vez solo estamos des enfocados, perdidos dentro de una pequeña parte de la totalidad de oportunidades, tal vez estamos interpretando los que nos pasa como la gota que derramo el vaso o el rio, pero que tan perfecta habría tenido que ser la vida para que ese vaso se llenara para que justo esa gota lo derramara en ese instante, con esa persona, a veces tendemos a olvidar lo perfecto que tuvo que ser ese error, dolor, decepción para llegar a nosotros, pero tal vez perdamos de vista que eso que ha llegado a nosotros, ha sido generado, creado o alimentado por otras personas con su presencia, con su ausencia, su historia o sus fantasías, tal vez esto que ahora sucede en nosotros no haya sido algo a lo cual hemos pedido e inclusivo merecemos, pero su perfección, su intención y el proceso para que llegara hasta ti y tu percepción para sentirlo y vivirlo merecen de tu presencia abierta, para dejarlo ser en lugar de tratarlo de resolver para alejarlo, permitir que la gota de lluvia te moje, te empape, que cambie tu temperatura que comprendas su finalidad mas haya de mojarte, tal vez quiera que cambies de ropa, lugar, camines mas rápido, te refresques, te unas en un abrazo para tener mejor temperatura, las posibilidades son infinitas y la única manera de experimentarla es aceptar su esencia de caos, después de experimentarlo por si mismo la lluvia en ese instante y estar abiertos a las posibilidades.
Después de estas palabras me encantaría contarte la extraordinaria experiencia que tuve junto con 14 personas mas este sábado 4 de junio de 2016, Estuvimos todos juntos en un día de Mindfulness y MindfulEating. Algo curioso es que un día antes existía una gran posibilidad de que el evento, no se pudiera hacer ya que lo llevaríamos acabo en la playa, un posible tormenta estaba por entrar, el puerto estaba cerrado a la navegación, pero entonces mi esposa (una de las participantes), me dijo deja que llegue el día, aviéntate ve que pasa, pues con un poco de miedo, decidí que todos ya estábamos listos y que lo que pasara lo solucionaríamos durante el día, justo antes de salir mientras todos esperábamos para salir del centro de la ciudad a la playa, empezó la lluvia que ceso en menos de 5 minutos, cuando llegamos salió el sol, iniciamos perfecto con un viento que nos quitaba el calor, la mañana fue pasando, mientras todos estábamos en silencio la lluvia se iba acercando poco a poco, mientras practicábamos Mindful-Yoga y estaba haciendo espacio para que practicaran uno de los asistentes, me encontré con un cangrejo, pequeño y rojo que primero pensé que estaba muerto pues no se movia, mientras practicábamos ese hermoso cangrejo que en mi mente estaba muerto, me sorprendió y empezó a caminar muy cerca de algunos participantes que estaban haciendo Mindful-Yoga, mi primer pensamiento fue tratar de hacer algo para alejarlo, no fuera a lastimar a alguien con su tenaza, pero deje pasar ese pensamiento y solamente lo observe como el no estaba interesado en nosotros en realidad el estaba tratando de encontrar un nuevo lugar, al parecer fresco y con sombra, lo vi caminar, acostarse y echarse arena varias veces encima pero no parecía que fuera un buen lugar así que continuo andando, pasando a centímetros de quienes practicaban pero no presto atención, siguió caminando hasta que se perdió, ese fue mi primera experiencia que me enseño a dejar ser las cosas y no pelear con ellas, no correr a solucionar si no al permitirlas podemos ver su verdadera naturaleza, mas tarde mientras desayunábamos, el sol seguía saliendo y dando calor, cuando regresamos para empezar a practicar y terminar con la etapa de silencio del día, parece que la naturaleza nos hablo de nuevo y nos trajo lluvia como su manera de comunicarse con nosotros y por primera vez en el día nos comunico algo que practicaríamos mas adelante, permítanse estar mas cerca los unos con los otros, mientras mas pasaba el día, la lluvia iba y venia, pero justo cuando íbamos a comer, la lluvia apareció nos hizo correr a resguardarnos con nuestra comida debajo de una de las palapas donde practicábamos, muy amablemente la gente del local que rentamos nos puso dos mesas ahí, mientras la lluvia caía con un gran viento, nos sentamos todos mas pegados los unos a los otros, nuestra comida del silencio se volvió en un gran momento de compartir, de hablar, de escuchar de aceptar al uno y al otro, justo una hora antes muchas personas habían hablado de sus peores sufrimientos, de sus dolores y lo que había pasado en su vida, justo en esa comida todo parecía transitar ahora a un momento de acompañarnos, aceptarnos justo como somos, los callados acompañando con su total atención, con su presencia, mientras que los que gustan de hablar abrazándonos con sus historias, poco a poco recordé que un tipo de hambre es de la boca, después de comer plácidamente como grupo alimentamos a nuestra boca, mientras hablamos los unos con los otros permitiendo a demás que nuestra hambre emocional, la de corazón, también comiera en ese tiempo libre y la lluvia, esa hermosa tormenta con todo su caos no nos dejaba alejarnos, un servidor quiso ir a caminar durante los últimos 10 minutos a la playa pero me di cuenta que con la lluvia prefería regresar y estar acompañado por la platica y el abrazo de todo un grupo, era momento de compartir. Muy cerca del final mientras practicábamos gratitud, compasión y bondad, la temperatura empezó a bajar mas y mientras terminábamos ese día, justo en el instante de la despedida, vi la obra completa de la lluvia, algunos participantes abrazados con el pretexto del frio (tal vez), todos teníamos que sentarnos mas juntos para que el aire nos dejara escuchar a los demás, y mientras cada uno hablaba sobre como se iba, me iba dando cuenta que la historia de cada uno de ellos era mi misma historia, me podía reconocer y me sentí satisfecho conmigo, me sentí en paz e inspirado a hacer algo con mi vida…….. hacer cosas aunque exista una tormenta, hacer las cosas que valen la pena; así que a la respuesta de la pregunta de Mary Oliver en su poema día de Verano, es esta; eso hare con mi preciosa, salvaje, única, vida.
Les dejo este hermoso Poema de Mary Oliver:
El día de verano
¿Quién creó el mundo?
¿Quién dio forma al cisne, al oso negro?
¿Quién hizo al saltamontes?
Me refiero a este saltamontes,
el que acaba de saltar en la hierba,
el que ahora come azúcar de mi mano,
el que mueve las fauces de atrás para adelante y no de arriba abajo,
el que mira a su alrededor con enormes ojos complicados.
Ahora levanta una de sus patas y se lava la cara cuidadosamente.
Ahora de pronto abre sus alas y se va flotando.
Yo no sé con certeza lo que es una oración.
Sin embargo sé prestar atención
y sé cómo caer sobre la hierba,
cómo arrodillarme en la hierba,
cómo ser bendita y perezosa,
cómo andar por el campo,
que es lo que llevo haciendo todo el día.
Dime, ¿qué más debería haber hecho?
¿No es verdad que todo al final se muere, y tan pronto?
Dime, ¿qué planeas hacer con tu preciosa, salvaje, única, vida?*